DESCRIPCIÓN DEL LIBRO

Se trata de una obra antológica compuesta por varios relatos de diferente extensión que giran en torno a la coexistencia entre dos mundos, el físico y el espiritual, y, sobre todo, a personas, mayoritariamente mujeres, que desarrollan sus capacidades mágicas y brujeriles.

RELATOS

THABITA

Ambientado en el siglo XVIII, cuenta la historia de Thabita, una joven muy especial y feliz que aprendió desde joven a trabajar con hierbas y a curar los males de la gente, lo que hizo que muchos pensaran que era bruja. Y realmente lo era, pero no había nada malo en ello. Así que, para evitar ser ajusticiada, huyó y terminó conviviendo con una comunidad de brujas que vivían en la clandestinidad. Allí aprendió a potenciar y controlar sus poderes y descubrió quién era realmente, alguien que las profecías habían anunciado… pero pronto tuvieron que enfrentarse a un cazador de brujas.

 

JEZABEL

Está ambientado en la actualidad y cuenta la historia de una chica de Minas Gerais, de una familia muy amplia y con cierta solvencia económica. Su nombre real era Helena y, por distintos motivos, se dedicaba a la prostitución con el nombre de Jezabel —un personaje bíblico de lo más interesante—. Un buen día despierta conmocionada y desorientada… hasta que descubre que está muerta… Tras el shock inicial decide lanzarse a intentar averiguar qué ha pasado.

 

CORALINE

Narrá la historia de una niña, Coraline, que conversaba con su abuela fallecida, con la que había tenido una gran relación, y que, gracias a las instrucciones de esta, comenzó a ver a los espíritus errantes. A partir de esta premisa se desarrolla una historia fascinante y preciosa.

 

LUISA

Cuenta la epopeya de Luisa, una señora maltratada por su pareja que, en busca de una nueva vida, vive una experiencia alucinante que le sirve de catarsis.

 

CINTIA

Una joven huérfana que comienza a tener visiones de su difunta madre que desde el Más Allá quiere ayudarle.

 

COMA

Marcelo entra en coma y contacta con el otro mundo y encuentra el amor en Marlene, una chica que termina contactando con él gracias al espiritismo.

FRAGMENTOS

THABITA

Thabita paseaba por el bosque recogiendo flores. Era un día maravilloso. Ella tenía el pelo negro como la noche y arreglado por las chicas, estaba precioso:largo, ondulado y con una flor roja que ayudaba a sujetarlo. Sus ojos azules brillaban como el sol. Vestía un lindo vestido blanco hecho por las chicas para ese día, bordado y de mangas largas y que dejaban sus hombros desnudos. Cantaba una canción que Safira le había hecho cantar tantas veces que ahora le salía como si ella fuera una sirena. 

De pronto escuchó un ruido y al ir a investigarlo, pudo ver que un grupo de soldados salía de entre los árboles y se aproximaban a ella. Por detrás de estos, venía una caballo negro muy bonito y más grande de lo habitual. Montado en él, un hombre que parecía muy alto, fuerte y tenía el pelo levemente grisáceo. El hombre la miró de arriba abajo y cuando sus ojos castaños claros se cruzaron con la mirada de Thabita, su corazón latió con una rapidez que le hizo marearse. Desmontó del caballo y se acercó a ella, que dio un paso hacia atrás descubriendo sus pequeños pies descalzos y dejó caer la cesta, por lo que las flores que había recogido se desparramaron por el suelo. El hombre, sin quitarle los ojos de encima, miró su boca morada y gruesa. Sus ojos azules - que le miraban sin pestañear - y el aroma de las flores mezcladas con las hojas de los arbustos le envolvieron y le dejaron loco de deseo por Thabita. 

- ¿Qué quiere señor? - dijo ella en tono muy bajo.

El hombre, al oir el sonido de su voz, se quedó extasiado con tanta belleza.

- ¡Llevadla al castillo! - le gritó a sus hombres.

 

CORALINE

Érick se despertó agitado, sudando y con dolor de cabeza. Miró a su padre y por un segundo pensó en tirar la bebida del vaso, pero el movimiento de su padre balbuceando tacos le hizo desistir. Entonces, su padre abrió los ojos y al ver su hijo observándole, empezó a gritarle seriamente.
—¡Sal de aquí, imbécil! ¿No tienes que ir al colegio mañana?
—Mañana es sábado y hoy quiero ver una película —contestó Érick serio.
—Vete a llamar tu madre, que tengo hambre.
—Pero, padre, es la una y media y ¡madre no está bien!
—¿Qué tiene esa hija de puta?
—¿No recuerdas que le pegaste con el bate de beisbol en la espalda cuando llegaste?
Érick miraba a su padre con odio al recordar el episodio. Su padre había llegado antes y vio a su madre riéndose con él, por lo que cogió el bate de detrás de la puerta y le golpeó sin decir nada.
—No me importa nada. Tengo hambre, llámala — le contestó con brutalidad.
Érick se levantó y caminó hacia la habitación de su madre. Se paró un momento y miró hacia atrás en el instante en que su padre se bebía el vodka de un solo trago. Permaneció mirándole y esperando. De pronto, su padre dio un gemido ronco y cayó en el suelo con espasmos; al caer, pegó con la cabeza en la mesa del centro y desencarnó. Érick dibujó una sonrisa y se marchó hacia su habitación, donde se acostó y se durmió enseguida. Cuando su espíritu salió de su cuerpo, vio de inmediato a Fernando que le sonreía tristemente.
—¡Hola, Érick! Todavía podemos arreglar las cosas—le dijo.
—Otra vez tú ¡déjame en paz! No quiero hablar con nadie y mucho menos, contigo.
Salió corriendo de la habitación y llegó al salón en el momento en que su padre estaba siendo llevado a rastras por sombras deformes y gritaba desconsolado.

 

 

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